Hace un par de semanas el Gobierno anunciaba su intención de regular a partir de 2022 la publicidad de alimentos perjudiciales para la salud de los menores de edad para defender sus intereses frente a los de la industria alimentaria. Hay que tener en cuenta que la obesidad infantil se ha convertido en un problema que ya afecta a 1 de cada 3 niños españoles y que tiene mucho que ver con el perfil alimentario actual.
Hasta ahora la industria se autorregulaba a través del código PAOS (Publicidad, Actividad, Obesidad y Salud), que algunos colectivos, como la Organización de Consumidores OCU, consideraba insuficiente, tal como llevan denunciando desde hace años:
Este debate tiene sus antecedentes en Estados Unidos, donde comenzaron a cuestionar la publicidad dirigida a la población infantil a finales de los años 70 y 80, cuando detectaron un aumento de los niveles de obesidad. En el libro ‘Adictos a la comida basura’, de Michael Moss, se habla de un informe de investigación de la época que revelaba ya en su primer párrafo que: “Los niños pequeños son tan ingenuos que no pueden evitar ver los anuncios como programas de información. No solo esto, sino que son incapaces de darse cuenta de la influencia que la publicidad ejerce sobre ellos, en especial cuando hablamos del azúcar”.
En 1979 la mayoría de los niños estadounidenses se habían expuesto antes de los 11 años a una media superior a 20.000 anuncios, de las que más de la mitad correspondían a cereales azucarados, golosinas, tentempiés, refrescos y productos similares cuya publicidad quiere ahora restringir el gobierno de España. Si el estudio se hiciera ahora, posiblemente el número de impactos nocivos sería mayor, pese a la gran segmentación de las plataformas publicitarias en comparación con el dominio de la televisión en aquella época.
Verduras más atractivas para los niños
Y si tienes hijos y te preocupa su alimentación, ¿Cómo puedes competir en influencia con la publicidad de los productos azucarados? ¿Cómo puedes velar por una mejora de la alimentación de los críos? ¿Cómo puedes hacer las frutas y hortalizas más atractivas a ojos de los niños?
Nos hemos acordado de una charla que ofreció en Almería en 2019 Juan Llorca, jefe de cocina de Montessori School Valencia, en el marco del congreso El Innovadero. Lleva 10 años dirigiendo el comedor de una escuela donde el 85% de lo que se come es fruta y verdura fresca. Una de las claves es que implican a los niños en el mantenimiento del huerto del colegio para que conecten emocionalmente con los productos frescos. Si recolectan rúcula, van a pedir que los platos del colegio lleven rúcula. Lo mismo con el tomate, los pimientos o cualquier otro producto.
Aquí puedes ver la charla de Juan Llorca completa:
A juicio de Llorca se trata de que los niños aprendan a comer frutas y verduras, mientras que la industria se empeña en que se las escondas en potitos, yogurt, etc. Lo realmente interesante para este cocinero es conseguir que el niño decida libremente que prefiere un tomate cherry, un pepino snack o una tajada de melón, en lugar de una papilla.
Y claro, si los niños no eligen lo que comen, ¿Quién decide por ellos? Juan Llorca lo tiene claro: la publicidad infantil, los comedores escolares y la familia.
La publicidad infantil
Lo explicábamos al principio de este post. La publicidad infantil tiene un peso muy grande en lo que finalmente comen los niños. Juan Llorca expone en la charla del vídeo anterior que como consumidores muchas veces nos falta información y eso es algo que la industria alimentaria aprovecha para vender sus productos procesados. Además, los anuncios “influyen en el comportamiento alimentario de los futuros consumidores”.
Los comedores escolares
En España por los comedores escolares pasan anualmente unos 1’8 millones de alumnos. Según subraya el cocinero de Montessori, es importante que en estos lugares se diseñen menús con más presencia de frutas y verduras. Pero lo que ocurre en realidad es que verdura y la fruta brilla por su ausencia. Por eso Llorca considera que los padres tendrían que observar más qué ocurre en los comedores escolares y presionar para que cambiaran a mejor. Por desgracia parece que el comedor escolar sigue siendo un aspecto secundario a la hora de elegir un colegio para los hijos, aunque “educativamente es relevante”, según plantea este especialista.
La familia
Para Juan Llorca la familia es donde radica todo en cuestiones alimentarias. A su juicio el adulto tiene ciertas responsabilidades:
- Elegir los alimentos disponibles: Cuáles, cómo se presentan y/o cocinan y cuándo.
- Ofrecer raciones adaptadas a la edad y sensación de hambre y saciedad expresada por el niño
- Dar ejemplo. Aunque todos somos conscientes de que la conciliación entre el trabajo y la familia es muy complicada, es conveniente hacer un esfuerzo en la planificación de la compra y el menú semanal en casa.
El cocinero de Montessori da una pista de incalculable valor. En los tentempiés de media mañana y en las meriendas el bocadillo suele ser el recurso habitual pero él considera que es el momento perfecto para que se tomen unas piezas de fruta u hortalizas.
Y en las conclusiones de su ponencia, Juan Llorca asegura que “no hace falta hacer más atractivas las frutas y las hortalizas”. Es suficiente con saber cocinarlas y no pasarlas de punto y educarles desde bien pequeñitos para que consuman fruta y verdura real. “Tenemos la suerte de vivir un país donde el producto fresco es accesible” en cantidad y en precio, considera el cocinero.
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