No es fácil analizar las diferentes conductas alimentarias a nivel global. Es un tema complejo en el que se mezclan cuestiones biológicas, psicológicas, físicas, históricas, políticas y culturales. Aunque seguramente sea inabarcable analizar todos los factores que influyen en el consumo de frutas y verduras, durante un taller de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación) y la OMS (Organización Mundial de la Salud) celebrado recientemente afloraron algunos de los más importantes:

Educación y cultura

La comida tiene una dimensión cultural inmensa. Nuestras preferencias alimentarias están claramente influenciadas por la cultura en la que nos criamos y cómo nos educaron de niños. De hecho lo que se cocina y come en cada lugar determina la identidad de los diferentes pueblos. Solo hay que observar el comportamiento de cualquier persona viviendo lejos de casa. Sus preferencias pasan por ingredientes y platos a los que están acostumbradas. También es cierto que las dietas a veces se modifican, por ejemplo, con el aumento de ingresos o estilos de vida urbanos que expresan una clara preferencia por la “comodidad”, lo que con frecuencia provoca un aumento del consumo de productos cárnicos, azúcar, aceites o alimentos altamente procesados. Y claro, el consumo de frutas y verduras disminuye. Esto se conoce por “transición nutricional mundial”.

Competencia con la industria alimentaria

Los alimentos procesados llevan detrás una poderosa industria que invierte de manera agresiva en publicidad y marketing. Los agricultores no podemos competir con ese despliegue de medios. La industria de los alimentos procesados promueve alimentos y bebidas nutricionalmente cuestionables en escuelas, centros de trabajo y tiendas. Estas propuestas con frecuencia compiten con las frutas y verduras por el  gasto del mismo euro…

Asequibilidad

En Europa quizás no tenemos ese problema, pero en muchos países las frutas y verduras pueden suponer un porcentaje alto del precio de la cesta de la compra. Las comunidades pobres gastan el dinero que tienen en carbohidratos básicos baratos ya que apaciguan el hambre y aportan mucha energía. El alto consumo per capita de arroz o yuca en algunos países dan pistas.

Disponibilidad

En relación con la asequibilidad encontramos otro factor de bajo consumo de frutas y verduras: Muchas son de temporada y perecederas. Además de no estar disponibles todo el año, en algunos países se producen grandes pérdidas durante la cosecha, el transporte y el almacenamiento. En los lugares más pobres se suma la falta de instalaciones de refrigeración y transporte, lo que acorta la vida útil de los alimentos más perecederos. Cuando se rompe la cadena de suministro afecta a la comercialización lo que reduce el incentivo a los agricultores para cultivar determinados productos. Al final la baja demanda crea una baja oferta… y viceversa. En Europa apenas sufrimos este tipo de problemas. Además, gracias a los invernaderos de Almería la temporalidad de algunas frutas y hortalizas han cambiado lo que permite que estén disponibles casi todo el año para más de 500 millones de consumidores europeos. Esto implica una alimentación más saludable en los meses de invierno, cuando tradicionalmente faltaban productos frescos.

Falta de conocimiento

Gran parte de la población mundial no conoce el valor nutricional y para la salud del consumo de frutas y verduras frescas. Además las necesidades nutricionales varían según la edad del consumidor, según su género o la existencia de patologías concretas. El embarazo y la lactancia también piden algunos extras nutricionales.

Otros factores

En Europa la seguridad alimentaria en productos frescos está en el mejor momento de la historia. Pero hay países donde frutas y verduras pueden estar contaminadas y no siempre tienen la posibilidad de lavar, pelar o cocinarse antes de comerlas. Los riesgos de enfermar reducen el consumo de productos frescos.

También las políticas nacionales influyen en la producción, comercialización y consumo de productos frescos como las frutas y verduras. A veces esa influencia puede mejorar la alimentación y en otras empeorarla.

Si vives en la España peninsular la disponibilidad, la seguridad alimentaria y la asequibilidad no son factores limitantes. Solo tienes que pasarte por nuestra tienda online de frutas y verduras y elegir entre los productos que cultivan nuestros agricultores. Llegarán a tu casa 24 o 48 horas tras ser cortadas de la planta en el punto óptimo de maduración. Y si necesitas ideas para cocinar, pásate por la sección de recetas de nuestro blog.

Eurosol Marketing

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