¿Conoces algo de la gastronomía de Nueva Zelanda? Allí preparan un pesto de berenjena que suelen acompañar con unas galletitas hechas con copos de maíz y cacao o con salchichas. Nosotros modificamos un poco la receta original (añadiendo un poco de queso y tahina) para obtener una salsa que puedes usar para dipear con diferentes tipos de pan o verduras crudas. También puede valer para una pasta o como guarnición de platos de carne o incluso pescado blanco.
Hemos usado berenjenas rayadas, que tienen una carne más blanca, pero podrías optar por cualquier otra variedad.
Ingredientes pesto de berenjena
- 2 berenjenas pequeñas
- 75 gr. de aceitunas verdes
- 2 cucharaditas de tahina (opcional)
- 100 gr. de anacardos
- Queso cheddar curado
- Aceite de oliva virgen extra
- Cilantro (para decorar)
- Pimienta y sal
Precalentar el horno a 180º. Asar las berenjenas unos 35 o 40 minutos. Si tienes soplete, quema la piel de las berenjenas durante unos minutos. Envolver las berenjenas en un paño seco y limpio y dejar que se enfríen a temperatura ambiente.
Rallar el queso (la cantidad, a tu gusto) y deshuesar las aceitunas. Quitar la piel de las berenjenas y mezclar la pulpa con el resto de los ingredientes excepto el cilantro y triturar. Puedes usarlo en mortero o con algún robot de cocina, como prefieras. Cuando tengas la textura deseada, salpimentar y decorar con cilantro.
Alternativas
Como siempre te decimos, la cocina es libertad. Podrías cambiar los anacardos por cacahuetes, nueces o piñones ya que todos estos frutos secos combinan bien con el sabor de la berenjena asada. El cheddar los puedes cambiar por cualquier otro queso que tengas en casa. Y si no te gusta el cilantro puedes optar por otras hierbas aromáticas, como la albahaca, el perejil o el cebollino. Especias como el comino o la nuez moscada son también combinaciones acertadas.
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