Cuando se habla de maridaje del vino se tiende a buscar las mejores combinaciones con carnes, pescados y mariscos. Tal vez con arroces, quesos y postres. Nos solemos olvidar de los productos vegetales y sus mejores opciones de acompañamiento. Tal vez porque emparejar verduras y vino es una misión compleja. Por eso hoy traemos esta breve guía sobre cómo maridar vinos con hortalizas de invernadero, que son las que cultivamos, conocemos y vendemos en nuestra tienda online.

Recordemos que el maridaje entre platos y vinos es el arte de combinar ambos con el objetivo de crear una sinergia de aromas, sabores, texturas e incluso colores. El maridaje no es una ciencia y sin duda tiene mucho de subjetivo y personal. Hemos rebuscado en algunos libros y en nuestra memoria para proponer algunas ideas para platos en los que predomine el sabor de la hortaliza propuesta.

Tomate

Los platos donde predomine el tomate podrían funcionar muy bien con vinos tintos de cuerpo medio, pero también con rosados con personalidad, los grandes olvidados de la mesa. En caso de ser tomates con cierto nivel de acidez se podría buscar un maridaje con un vino blanco joven que destaque por su acidez. Un gazpacho podría acompañarse también con un espumoso, fino o manzanilla.

Pimiento

Los pimientos en general piden tintos jóvenes de cuerpo medio. Así descorchamos uno para acompañar esta crema de alubias y pimientos. En el caso de los pimientos picantes podríamos optar por blancos muy aromáticos o blancos dulces o semidulces. El emparejamiento más común suele ser con blancos de uva Riesling. En cualquier caso, la intensidad del picante debería marcar tu decisión.

Calabacín

En materia de vinos, posiblemente el calabacín sea nuestra hortaliza más versátil. Puede funcionar con vinos espumosos, blancos jóvenes, blancos aromáticos y hasta con rosados o tintos jóvenes. Los tintos con mucho cuerpo son una mala idea con el calabacín. Prueba un blanco semidulce con estas milhojas de calabacín, foie y queso de cabra y nos cuentas la experiencia.

Berenjena

La berenjena proviene de una planta solanácea, como el tomate y el pimiento. Por lo tanto sus opciones de maridaje son similares. Un tinto joven de cuerpo medio puede ser la apuesta ganadora. Prueba la armonía con estas berenjenas estilo satay.

Pepino

Quizás el maridaje más difícil de esta lista. Hemos tenido que tirar del comodín de la llamada. Por su carácter acuoso, el pepino pide como acompañante un blanco aromático con acidez equilibrada. Tampoco es mala idea arriesgar un poco más e irse a vinos generosos. Un oloroso de Jerez, por sus notas salinas y a frutos secos, podría funcionar, por ejemplo, con esta ensalada de pepino y algas.

Melón

Aunque no sea una hortaliza, nuestros agricultores también cultivan melón en invernadero. Por lo tanto no vamos a dejar esta deliciosa fruta fuera de esta lista. El melón cuando está verde comparte notas aromáticas con el pepino, especialmente la variedad Galia. Por lo tanto se puede acompañar con un blanco con cierta acidez. Si prefieres el melón maduro podríamos buscar un vino con notas tropicales, como un blanco donde predomine la uva chardonnay. Prueba, en temporada, con esta ensalada mediterránea de melón Charentais. También puedes probar un cóctel muy popular en Chile que combina melón, vino blanco y azúcar que se sirve en el propio melón.

Hasta aquí llega nuestra breve guía sobre cómo maridar vinos con hortalizas de invernadero. ¿Tienes alguna sugerencia para ampliar las opciones? Dejanos un mensaje. Estaremos encantados de leerte.

maridaje de vinos y hortalizas

Fuentes bibliográficas:

  • Wine Folly, la guía maestra. De Madeline Puckette y Justin Hammack
  • Entender el vino. De Carlos Falcó
  • El arte y la ciencia del foodpairing. De Peter Coucquyt, Bernard Lahousse y Johan Langenbick
Eurosol Marketing

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