No se sabe si procede de Asia o América Central. Lo que si tenemos claro es que los calabacines se cultivan en todas las regiones cálidas del planeta desde hace milenios. Fueron los árabes quienes extendieron su cultivo por las dos orillas del Mediterráneo. El calabacín puede comerse crudo o cocinado, ya sea salteado, frito, rehogado, al vapor o asado. Eso sí, no lo cocines demasiado tiempo ni a temperaturas muy altas. Bien lavado también puedes sacar provecho a la piel y todos sus nutrientes.
En general combina muy bien con los sabores más mediterráneos. Añádelo a platos con tomate, ajo, cebolla, limón, hierbas aromáticas, etc.
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